Pongamos un ejemplo:
<< Una empresa ubicada en un país X quiere vender sus productos en otro país Y. Para no tener que crear todas las estructuras necesarias para ello, llegó a un acuerdo con una empresa local – Agencia de Suscripción – para promover sus seguros. Esta estrategia es de gran beneficio para ambas partes. Las compañías de seguros pueden de esta manera vender en otros países sin costes fijos – solo el coste de vender su seguro – por lo que el ahorro es muy importante. Por otro lado, a las agencias de suscripción le permiten ampliar su portafolio de productos y aumentar los ingresos, ofreciendo productos con una reconocida reputación. >>
El éxito de las agencias de suscripción depende, en gran medida, de su capacidad para aportar soluciones basadas sobre todo en la especialización de sus productos y la calidad en su servicio.
Algunas personas las clasifican simplemente como representantes de compañías de seguros. Sin embargo, las agencias de suscripción de seguros tienen la fuerza vinculante para suscribir pólizas – basadas en las normas de suscripción y el contenido de las compañías de seguros que representan. Eso sí, de cara al cliente, siempre será la propia aseguradora la que responda tanto por su protección como por sus derechos.